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Ganar dinero vendiendo acciones de tu propia persona, se tu mismo una empresa con acciones en venta

¿Estarías dispuesto a convertirte en esclavo de tus accionistas sobre tu mismo cuerpo y tus sueños?

Me sorprendí mucho al leer la noticia que les voy a pasar a comentar dado que considero que es una forma de esclavitud encubierta que ciertamente se trata justo por eso más en una estrategia de guerrilla marketing para promocionarse.

Se trata del caso de Mike Merrill quien ha decidido emitir 100,000 acciones sobre su propio cuerpo a U.S.$1.00 por acción.

La propuesta nació en el 2008 y se ha convertido en todo un experimento sobre como se comportan los inversionistas tomando decisiones sobre la vida de Mike dado que la idea es que los inversionistas, en función a la cantidad de acciones que tienen puedan tomar decisiones sobre los diversos aspectos de la vida de Mike.

¿Mike podría no hacerle caso a sus inversionistas? Cómo él mismo señala si no le hiciera caso a sus inversionistas sus acciones bajarían de precio así que mejor sigue sus decisiones. Por otro lado Mike Merrill considera que sus accionistas al tener una inversión de dinero puesta en su persona se inclinarán a tomar las mejores decisiones sobre su vida que tal vez las que podría tomar él mismo.

La historia de Mike Merrill no es extraña dado que en Inglaterra también hay otro experimento similar donde un novelista Cathal Morrow ha puesto en venta 30,000 acciones de sí mismo a 10 Libras Esterlinas cada acción.

En el caso de Cathal Morrow el proyecto de vender acciones de sí mismo están más relacionadas a la rentabilidad que sus inversionistas podrían obtener de la venta y regalías de sus libros.

Personalmente, más allá del hecho de ser excelentes estrategias de guerrilla marketing, no resulta para nada recomendable vender acciones sobre uno mismo al implicar una especie de esclavitud pero sobre todo por el hecho que resulta absurdo, económicamente hablando, hipotecarse a sí mismo y lanzar una inversión que no resultará atractiva para los inversionistas por su falta de predictibilidad en su rentabilidad además de su alto riesgo.

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